Cosas que he aprendido. Vol2
By: Laura C. Rodríguez García
Nuestro paso por este mundo deja huellas, que por más que el tiempo pase seguirán allí, en la memoria de quienes nos rodean, en el corazón de quienes queremos, es por esto que debemos tratar de perfeccionar nuestros pasos, de mejorar nuestras pisadas, para que esas huellas sean las que los que vienen después de nosotros quieran seguir y repetir.
No estamos aquí por mera coincidencia, todos tenemos un propósito en esta historia, un motivo por el cual estuvimos ese día a esa hora en ese preciso lugar, o porque simplemente no estuvimos. Nuestra presencia cambia el rumbo del instante, y, aunque estoy totalmente segura de que papa Dios nos empuja a hacer una que otra cosa, finalmente queda en nosotros el actuar debida o indebidamente. Nuestra misión, no es descubrir exactamente para que estamos aquí, nuestra misión es, tratar de ser feliz en cada instante del camino que nos toco recorrer.
En este año, Dios me ha dado la oportunidad de darme cuenta que soy YO y solo YO la que decide si ser feliz o no. Siempre vamos a tener pruebas, que sinceramente creo, son las que le dan esa pisca de aventura a la vida, que nos llevan al filo de la navaja, que, o nos tumban de tajo y nos dejan en el suelo sin ganas de levantarnos, o nos enseñan a volver caminar por el mismo camino pero sabiendo donde están las piedras que tal vez antes nos hicieron caer y que ahora serán nuestro apoyo, de donde nos agarraremos.
Entendí, que no se trata de no volver a caer en el mismo hoyo, ni de alejarnos cada vez que no tenemos fuerzas para enfrentar un problema. No es cambiar de dirección. Es, en esa misma dirección, abrir los ojos, y esas ramas que una vez nos estorbaron, usarlas para sostenernos.
Si sabemos cuáles son nuestros defectos es un punto a nuestro favor, si conocemos a que miedos nos enfrentamos entonces tenemos la batalla asegurada. La tarea es aprender a vivir con esos miedos hasta el punto de eliminarlos.
Existen todo tipo de miedos, desde el miedo a la oscuridad, hasta el miedo a perder a un ser querido. Desde miedo a las arañas, hasta miedo a no ser lo que los demás esperaban que fueras. Desde miedo a la soledad hasta el miedo de sentir.
Todos y cada uno de ellos tienen una solución, todos nos dan el chance de cogerles el truco y aprender a vivir con ellos, sin que nos afecten.
Si nuestro temor es la oscuridad, pues sentándonos a oscuras alguna noche nos sentiremos cómodos. Personalmente, hace un tiempo me di el chance de sentir, de dejar que los sentimientos hablaran por mí, no voy a negar que he derramado muchas lagrimas, pero quien ha dicho que todas han sido de dolor, muchas de ellas, si no la mayoría, han sido de felicidad, de saber lo bonito que es un ´te quiero´, de lo bien que se siente hablar con una sonrisa o interpretar el significado de una mirada. Entonces me di cuenta que valió la pena, y que aunque a veces sufría por una que otra cosa, la felicidad me hacia olvidar todo lo demás.
Ese era mi mayor miedo, a sentir, pensaba que sería un chance para que los demás me hicieran daño, pero me arriesgue, y hoy doy gracias día a día a ese empujoncito que me dieron los que todos los días me demostraban cariño, me hacían sentir querida, por ellos me decidí y siento tantas cosas maravillosas. De nuevo gracias.
Hoy, los reto a que ser valientes, a enfrentar los miedos en vez d huir de ellos. A tomarse el chance de decidir que quieren para su futuro.
Ahora bien. No podemos estar predispuestos, no podemos querer algo e ir pensando en las 234 posibilidades que hay de no poder conseguirlo, o las mil formas de que nos salga mal. Pues entonces ya sabemos que no lo vamos a conseguir y no obstante conocemos de memoria de qué forma fallaremos.
Debemos de ser audaces, e irnos un paso adelante. Si queremos algo, hay que pensar que tanto lo queremos, ser un poco ambiciosos en el fondo pero nunca en exceso, comenzar a imaginarnos con eso, idealizarme a mí con eso que quiero, verme con eso como parte de mi, empezar a imaginar todas las formas que existan para conseguirlo, quien nos puede ayudar a alcanzarlo, como llegar a eso. Así, sin darnos cuenta, vamos consiguiendo todo lo que queremos, vamos alcanzando todas nuestras metas.
Otro reto: levantémonos mañana con la mente positiva. Pensando que todo lo que hagamos saldrá bien, por un día, digamos ¨me levante con el pie derecho¨ antes que nada pase, demos gracias por todo lo que tenemos y eso nos hará que lo valoremos, sonriamos a todos pero primero a nosotros mismos, no podemos ser con los demás como no somos con nosotros mismos. Sintámonos importantes, si creemos que somos importantes los demás nos tomaran en cuenta. Olvidémonos de los fallos y actuemos con miras a repararlos.
Todos los días a las 7am me levanta el sonido de los motores, de las bocinas de los carros, el típico del colmado de en frente y las voces de todo el que pasa (vivo frente a una avenida). Todos los días es lo mismo. Una mañana tenia una actividad muy importante a la que no podía faltar, y mi alarma del celular no sonó, me levanto el ruido, le di gracias a Dios por tener un despertador que no tengo que programar y que me permitió llegar ese día a tiempo.
Si nos dedicáramos a ver el lado positivo de las cosas, les aseguro que seriamos más felices.
Recordemos que TODO pasa por algo, aprendamos a descubrir que es ese algo, y a sacarle el mayor provecho.
Hoy, estoy descubriendo cada vez más cosas maravillosas, mas bendiciones que el padre pone en mi camino, mas formas de sonreír y transmitir mi felicidad a los que me rodean, he aprendido a sonreír con los ojos, ha sonreír con las manos, ha sonreír con el alma.
Hoy, Te reto a sonreír con el corazón.
Reset.
Laura C. Rodríguez García